viernes, 25 de abril de 2014

Para alguien...

Tomé las maletas y miré a mi familia, era el clima que tanto había extrañado, el viento mezclado con calor tan único que me hacía sentir en casa, aquella tierra exótica no era para mí, era bueno estar en mi hogar.
Jamás había perdido amistades, no era lo mío, ya tenía apuntada varias reuniones con mis viejos amigos.
Ahí fue cuando la vi por primera vez, era completamente hermosa aunque no tenia nada de extraordinario, aquellos enormes ojos que realzaban la suavidad de su piel y su precioso cabello castaño que acariciaba suavemente sus hombros. Fue como amor a primera vista.
Siempre había sido un "Don Juan" pero era diferente cuando estaba con ella, la primera vez que tomé su mano me puso completamente de cabeza, éramos jóvenes, pero sabía que quería estar con ella para siempre. La amaba, la primera mujer a la que me atrevía a decirle que la amaba.
La vi como la mujer perfecta, aunque todos mis amigos decían que era fea o que no tenía nada de especial, me daba tanto gusto que pensaran así, sólo era mi chica especial.

Duramos mucho tiempo, mucho más al que duré con las demás chicas con las que había estado. En nuestra cena de primer año me propuse a regalarle una velada mágica, manteles, velas y un enorme columpio donde podía escuchar sus risas, me hacía soñar despierto, era indescriptible lo que me hacía sentir, nos besamos y después decidí llevarnos a otro nivel. Jamás tuvimos sexo, nosotros hacíamos el amor.
Nuestras llamadas en la madrugada, nuestros mensajes estúpidos a cualquier hora de el día, nuestra cena de navidad, nuestras veladas inolvidables, veía un futuro con ella, estaba completamente cegado por el amor. ¿Es curioso no? Lo que el amor le puede hacer a una persona, pasé de ser un patán a ser un cursi de primera, no me arrepiento de ello, me hizo ver cosas que ninguna otra consiguió, gracias a ella conocí quién era yo.
Un día despertamos, yo sólo quería besarla pero noté que me miraba diferente, su mirada no era la misma, aquellos ojos con tonos verdosos que tanto me habían cautivado no deslumbraban la alegría del día que nos conocimos. Nos separamos, yo iba a morir.
No me daría por vencido, ella era mi nueva meta, debía de recuperarla y amarla como tanto me había prometido, me juré a mi mismo volverla a tener en mis brazos. Sabía sus horarios, conocía a sus amistades, tenía sus contactos, díganme acosador, yo le digo amor.
Había perdido, la vi besándose con otro, ella ya me había superado y yo seguía esperando un mensaje suyo en mi teléfono al menos saludando, ella ya pensaba en alguien más mientras yo no me atrevía a decir siquiera otro nombre. Ella era feliz con alguien más, creo que eso era lo que más me destruía, saber que no era el dueño de sus sonrisas.
"No te quiero más, por favor, aléjate de mí." Parecía un desesperado, jamás había llorado tanto ¿qué había pasado conmigo? ¿Cuándo me había vuelto tan débil?
No volví a verla, me deshice de todo lo que me recordaba a ella, quemé las cartas y jamás volví a subirme a aquél columpio, la dejé en mi pasado, pero por favor, no me hagan olvidar de sus ojos, sus preciosos ojos que me habían cautivado.  



0 comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.

About me

Explotaron mis pensamientos y se expusieron mis defectos. Mi vulnerabilidad era explícita, era como una flor marchita.

Instagram

recent posts